Ubicada estratégicamente en el corazón del departamento de Lozère, del cual es capital, Mende se encuentra en un entorno natural encantador.
La ciudad se expande en el amplio valle del río Lot, al pie del monte Mimat, y ofrece una admirable vista panorámica. Al sur, los acantilados de la Causse de Mende delimitan la aglomeración y, junto con Millau, Lodève, Ganges y Alès, es una de las cinco «ciudades puerta» de Causses y Cévennes. Es una zona excepcional inscrita en el Patrimonio Mundial de la UNESCO por su riqueza cultural y paisajística, moldeada por los amplios espacios abiertos de los pastos mediterráneos.
La historia de Mende impregna cada rincón de su centro histórico, donde las calles adoquinadas se cobijan bajo la sombra de la catedral gótica, testigo del poder de los obispos de Mende. La ciudad cuenta con un rico patrimonio que puede explorarse con visitas o paseos. Tanto la catedral como el Museo del Gévaudan, el ayuntamiento, el puente de Notre-Dame, la farmacia del siglo XIX, así como las casas de entramado de madera y los tejados de pizarra, merecen una visita.
Mende es el punto de partida ideal para explorar las diferentes regiones que conforman el departamento de Lozère: Aubrac, Margeride, Cévennes y Grands Causses. Además, Lozère es también el primer departamento francés en cuanto a distancia recorrida por senderos señalizados. Solo en Mende, hay nada más y nada menos que 28 senderos listos para ser explorados y disfrutados, ¡un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza! Asimismo, es un terreno idóneo para los amantes del ciclismo, gracias a la red de senderos para bicicletas de montaña homologados por la FFC.